âVolvió, pues, Jesús a decirles: âDe cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que antes de Mà vinieron, ladrones son y salteadores; pero no los oyeron las ovejas. Yo soy la puerta; el que por Mà entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos. El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundanciaââ (Juan 10:7-10).Puesto que los lÃderes religiosos no entendieron la primera alegorÃa, volvió, pues, Jesús a decirles: âDe cierto, de cierto os digo: Yo soy la puerta de las ovejasâ. A veces el pastor duerme a la intemperie del redil para cuidar a las ovejas. Nadie puede entrar o salir sino a través de él. En la metáfora de Jesús, Ãl es la puerta a través de la cual las ovejas entran a la seguridad del redil divino y salen a los pastos ricos de Su bendición. Por medio de Ãl, los pecadores perdidos pueden acercarse al Padre y apropiarse de la salvación que Ãl les da; solo Jesús es âel camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por [Ãl]â (14:6; cp. Hch. 4:12; 1 Co. 1:30; 3:11; 1 Ti. 2:5). Solo Jesús es la fuente verdadera del conocimiento de Dios y la salvación, la base de la seguridad espiritual. . . .