âTenÃa un muro grande y alto con doce puertas; y en las puertas doce ángeles, y nombres inscritos, que son los de las doce tribus de los hijos de Israel; al oriente tres puertas; al norte tres puertas; al sur tres puertas; al occidente tres puertas. Y el muro de la ciudad tenÃa doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Corderoâ (Apocalipsis 21:14-21).El lenguaje humano es insuficiente para describir la inimaginable magnificencia de la indescriptible morada eterna de los creyentes. Renuentes a tomar el lenguaje de la Biblia en forma literal, muchos buscan algún significado oculto tras la descripción de Juan. Pero si las palabras no significan lo que dicen, ¿quién tiene la autoridad para decir lo que significan? Abandonar el sentido literal del texto conduce solo a especulaciones infundadas e inútiles. La verdad acerca de Ia ciudad celestial es más de lo que se describe, pero no menos y no diferente de lo que se describe. Es una creación material; sin embargo, tan exclusiva como para que no la podamos imaginar. Las palabras de Juan proporcionan todos los detalles que Dios nos ha dado para estimular nuestra esperanza. . . .