. . . y la verdad os hará libres. (Juan 8:32b)Creer en Jesús, obedecer su Palabra y conocer la verdad trae libertad espiritual. Tal libertad es multifacética e incluye la libertad de las ataduras de la falsedad, de Satanás (Jn. 17:15; 2 Co. 4:4; 1 Jn. 5:18), condenación (Ro. 8:1), juicio (Jn. 3:18; 5:24), la ignorancia espiritual (8:12), la muerte espiritual (8:51) y, lo más importante en este contexto (v. 34), del pecado (Ro. 6:18, 22).Jesús vino al mundo para liberar a los pecadores perdidos (Lc. 19:10). En la sinagoga de Nazaret, su pueblo, el Señor aplicó las siguientes palabras de IsaÃas a su ministerio: âEl EspÃritu del Señor está sobre mÃ, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidosâ (Lc. 4:18). Quienes son libres en Cristo deben atender la admonición de Pablo a los gálatas: âEstad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitudâ (Gá. 5:1). . . .