Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos; ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerÃas, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. (Efesios 5:3-4)Todo lo que Dios establece, Satanás lo falsea y corrompe. Donde Dios establece amor verdadero, Satanás produce amor adulterado. Ese amor falso caracteriza a los hijos de Satanás, aquellos que son del mundo; asà como el amor verdadero caracteriza a los hijos de Dios, aquellos que son ciudadanos del cielo. . . .