La apóstata iglesia de Laodicea solo podÃa esperar que Cristo viniera en juicio. Pero la sorprendente realidad, presentada por la llamativa frase he aquÃ, era que Cristo estaba a la puerta de la iglesia de Laodicea y llamaba; si alguno en la iglesia oÃa Su voz y abrÃa la puerta, Ãl entrarÃa a él, y cenarÃa con él; y él con Cristo.Aunque este versÃculo se haya empleado en muchos tratados y en muchos mensajes evangelÃsticos para describir el toque de Cristo a la puerta del corazón del pecador, es más amplio que esto. La puerta a la cual Cristo está llamando no es la puerta de un simple corazón humano, sino de la iglesia de Laodicea. Cristo estaba fuera de esta iglesia apóstata y querÃa entrar, algo que solo sucederÃa si las personas se arrepentÃan. . . .