Entonces los judÃos contendÃan entre sÃ, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer Su carne? Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis Su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come Mi carne y bebe Mi sangre, tiene vida eterna; y Yo le resucitaré en el dÃa postrero. Porque Mi carne es verdadera comida y Mi sangre es verdadera bebida. El que come Mi carne y bebe Mi sangre, en Mà permanece y Yo en él. Como me envió el Padre viviente, y Yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por MÃ. (Juan 6:52-57)Obviamente, el Señor no estaba hablando de canibalismo cuando habló de comer Su carne. Antes bien, estaba dando una ilustración fÃsica de una verdad espiritual. Una vez más, sin embargo, los judÃos antagonistas malinterpretaron completamente la importancia de la declaración de Jesús. Como resultado, contendÃan entre sÃ. ContendÃan es una traducción del verbo machomai, que quiere decir âpelearâ o âreñirâ (cp. Hch. 7:26; 2 Ti. 2:24; Stg. 4:2) e indica una disputa acalorada. La conversación se centró en la pregunta ¿Cómo puede éste darnos a comer Su carne? Cegados por la ignorancia de su propia incredulidad, no eran capaces de entender la importancia espiritual de lo que Jesús dijo (cp. v. 42; 3:4, 9; 4:11-12; 9:16; 12:34). . . .